Hablaba en un anterior artículo sobre que el prevencionista debe jugar el rol de motor, sigo con la reflexión sobre la orientación de nuestro trabajo:
El reto para los profesionales de la prevención es introducir los objetivos de salud en la agenda de la empresa, teniendo en cuenta que compiten otros actores (directivos, mandos intermedios, trabajadores, sindicalistas, delegados de prevención, agentes externos como inspectores de trabajo, etc.), cada uno con sus propios objetivos y criterios de desempeño. El prevencionista debe ser capaz de manejar la agenda de salud y seguridad, y armonizarla con intereses diversos, tanto en el terreno de la gestión como en el de las relaciones laborales.
Este reto de promover una gestión integrada de la prevención plantea al profesional de la seguridad y salud la necesidad de asumir un nuevo rol, el de la consultoría basada en el dialogo y orientada al cambio.
Desde esta óptica, algunos autores han definido este rol del profesional de la prevención como el de ‘agente de cambio’o, como el de ‘political reflective navigator’, una formulación que quiere precisar el hecho de que el prevencionista no es quien gestiona directamente el cambio sino que propone objetivos y decisiones para la mejora de las condiciones de trabajo (political), movilizando conocimientos y herramientas (reflective), promoviendo complicidades y alianzas (navigator) en un contexto organizativo complejo.
Para hacer frente al reto de influir preventivamente en las decisiones de gestión empresarial, el profesional de la seguridad y salud deberá conjugar esta multiplicidad de facetas en función del contexto organizativo en el que se encuentre, debiendo además adecuarlos a las diferencias culturales y singularidades que existen dentro de una misma organización.
¿Dónde estas? ¿Dónde necesitas estar?
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