Para mejorar la cultura preventiva, suele ser habitual que nos enfoquemos en reforzar el liderazgo de la cadena de mando, pero ¿por qué no reforzar y trabajar también sobre el liderazgo de los delegados/as de prevención en el mismo sentido?
La mejora de la cultura preventiva siempre va acompaña del esfuerzo y la implicación de todos. Cuando esa mejora se nutre de la participación y del triángulo virtuoso que recoge las tres miradas complementarias, de la dirección, de las personas trabajadoras y del ojo técnico, los resultados siempre son mucho mejores. Este enfoque triangular, o enfoque socio-técnico de la prevención, se inspira en el marco normativo pero, sobre todo, en la evidencia de que aporta una mayor calidad y eficacia a las intervenciones.
¿Hemos pensado alguna vez si los representantes de las personas trabajadoras se sienten participes de los procesos de mejora de la cultura de prevención? ¿alguien se ha parado a reflexionar con ellos sobre la cultura preventiva de su empresa? ¿saben de qué va eso de la cultura y como se evoluciona?
La figura que representa a las personas trabajadoras ha de ser uno de los grandes aliados y generadores de cultura preventiva. Su función se orienta a ayudar, consolidar, involucrar y dinamizar la mejora y el aprendizaje continuos en relación con las condiciones de trabajo, objetivos comunes a los de la cultura preventiva de cualquier empresa.
Pero desafortunadamente los objetivos no siempre están tan alineados. El contexto laboral es muy complejo, y en ocasiones hay “ruidos” que interfieren en nuestros objetivos preventivos y en espacios como los comités de seguridad y salud se producen disrupciones.
Es muy interesante comprobar como el compromiso visible, el empoderamiento y el aprendizaje son aplicables también a la práctica sindical y al ejercicio de las funciones de representación en materia de prevención de riesgos laborales. Que entiendan las claves, que reflexionen sobre las dimensiones de la cultura de su organización y que puedan incorporarlas a su estrategia sindical es un multiplicador de los esfuerzos en cultura preventiva valiosísimo.
En los últimos meses, desde i+3 hemos realizado proyectos para empresas que están dedicando grandes esfuerzos a la mejora de su cultura de seguridad, y la experiencia nos ha enseñado que implicar también en este proceso a los delegados y delegadas de prevención y ayudarles a que trabajen su liderazgo desde este enfoque, es una oportunidad magnifica para tejer alianzas, aislar los “ruidos”, pero sobre todo para alcanzar los mejores resultados.
Así hemos desarrollado programas con delegados y delegadas de prevención que se fundamentan en 3 dinámicas de reflexión:
- Cómo ven la cultura de la empresa: ¿Cuáles son los puntos fuertes y débiles de la cultura de nuestra empresa?
- Cómo se ven ellos: ¿Cuáles son los puntos fuertes y débiles de su acción? (revisando individualmente su liderazgo y desempeño sindical)
- Cómo les ven los demás: ¿Cómo nos perciben nuestros representados? (es decir cómo impactamos en términos de cultura en la plantilla)
Con esta dinámica, los delegados y delegadas incorporan un nuevo enfoque a su práctica sindical y, además, optimizan sus esfuerzos aprovechando la sinergia de las acciones de mejora de la cultura de seguridad que la empresa desarrolla, porque en los temas de salud todos remamos en el mismo sentido.
La cultura preventiva se hace entre todos, y su madurez solo puede alcanzarse si cada uno desde su posición analiza, reflexiona y orienta su acción a este objetivo común. Nuestra experiencia con la representación sindical ha sido muy positiva y hemos conseguido grandes avances. eso sí, manteniéndose cada uno en su posición y en su rol, pero alineados con las claves del enfoque cultural.
¿Necesitas mejorar la sinergia con los delegados de prevención? ¿Te atreves a probarlo? Te podemos ayudar y ofrecerte algunas pistas basadas en nuestra experiencia.