De lo que no se habla no existe. Y lo que no existe se margina.
Uno de los puntos críticos que solemos identificar en los diagnósticos de clima preventivo que realizamos tiene que ver con la comunicación en seguridad. Se habla poco de seguridad y cuando se hace, la conversación suele tener un enfoque negativo.
Hablamos de incidentes, de lo que ha ido mal, del pasado. Pocas veces dejamos espacio a los mensajes en positivo, a la innovación, a los logros conseguidos, los retos a futuro. También es habitual que los mensajes fluyan bien de arriba a abajo, pero se atascan al hacer el recorrido inverso.
En cambio, sabemos que la comunicación es una de las herramientas más potentes y eficaces a la hora de generar cultura, implicar al personal, colocar nuestros mensajes como algo relevante en la organización. Lo comprobamos constantemente en multitud de iniciativas que ayudamos a impulsar: conversaciones de seguridad, círculos de salud, formaciones operativas, etc.
La efectividad de estas acciones está, además, contrastada. En una revisión sistemática para valorar el impacto de una serie de prácticas en la mejora el clima de seguridad, Lee et al. (2019)* encontraron una mejora estadísticamente significativa del clima de seguridad vinculada a la implantación de prácticas relacionadas con la comunicación en casi el 90% de los estudios analizados.
Entre algunas de estas acciones identificadas por los autores de esta revisión se incluían cuestiones como llevar a cabo lluvias de ideas colectivas o la creación de grupos de trabajo específicos.
Te ofrecemos un resumen de las prácticas incluidas en el estudio.
- Crear y/o mejorar el comité de seguridad y salud.
- Observar, inspeccionar y registrar los riesgos laborales y los comportamientos de riesgo en materia de seguridad.
- Llevar a cabo una lluvia de ideas colectiva (entre todos los niveles de empleados) para identificar cuestiones de seguridad.
- Realizar una lluvia de ideas colectiva (entre todos los niveles de empleados) para identificar soluciones de seguridad.
- Revisar y priorizar los problemas percibidos y las posibles soluciones.
- Crear oportunidades de comunicación en materia de seguridad mediante debates y reuniones.
- Proporcionar a la dirección formación y desarrollo de liderazgo en seguridad.
- Proporcionar a los supervisores formación de seguridad.
- Proporcionar formación en materia de seguridad a los empleados.
- Crear grupos de trabajo para abordar áreas específicas de seguridad.
¿Cómo lo ves? ¿Te animas con alguna? Escríbenos.
* Lee, J., Huang, Y. H., Cheung, J. H., Chen, Z., & Shaw, W. S. (2019). A systematic review of the safety climate intervention literature: Past trends and future directions. Journal of occupational health psychology, 24(1), 66.