Preocuparnos por el colesterol de los trabajadores está bien, animar a mejorar los hábitos alimentarios de los trabajadores también, y la meditación, y el control del estrés, pero primero preocupémonos de abordar las causas y los condicionantes del riesgo en el puesto de trabajo y de generar entornos laborales saludables. Esta es la manera más efectiva de abordar los programas de bienestar en el trabajo según los principios jerárquicos del nuevo modelo que publica NIOSH en su programa Total Worker Health© (TWH).
Aunque este modelo se basa en los principios tradicionales de la salud y seguridad en el trabajo, la nueva jerarquía TWH amplía el campo de acción para incluir estrategias de bienestar laboral, no como sustitutivo sino como un complemento del modelo de salud ocupacional. Dos ejemplos propone el propio NIOSH para ilustrar esto.
Una pauta de aplicación de esta jerarquía a un programa para reducir los trastornos osteomusculares podría consistir, según el NIOSH, en lo siguiente:
- Reorganizar o rediseñar el trabajo para minimizar los movimientos repetitivos y las posturas incómodas.
- Proporcionar capacitación y asesoramiento ergonómico a los trabajadores para mejorar el diseño y la interacción en sus puestos de trabajo, favoreciendo su participación en los esfuerzos de mejora.
- Evaluar el perfil de edad y las necesidades de salud de la plantilla para promover la ergonomía activa, así como estrategias de autogestión de las alteraciones osteomusculares (artritis u otras afecciones).
Del mismo modo, un programa de TWH para mejorar el bienestar psíquico en el trabajo podría considerar lo siguiente:
- Implementar políticas de organización y gestión que brinden a los trabajadores más flexibilidad y mayor control sobre su trabajo y horarios.
- Capacitar a los supervisores sobre métodos para reducir las condiciones de trabajo estresantes.
- Promover en los trabajadores habilidades para reducir el estrés y proporcionar acceso a programas de asistencia al empleado.
En definitiva, la pauta es eliminar primero todo lo que puede generar daños a la salud en el puesto de trabajo, en segundo lugar implantar procedimientos gestión que mejoren la cultura preventiva, luego promover aquellos aspectos del trabajo con efectos positivos para la salud, a continuación fomentar la educación para la salud de los trabajadores y, por último, fomentar cambios individuales de comportamiento. Esta es la jerarquía y no al revés.