Una meta-revisión sobre 37 estudios publicados concluye que existe una moderada evidencia de que trabajos con altas demandas, con bajo control sobre la tarea, con un desequilibrio esfuerzo-recompensa importante, con bajo nivel de justicia relacional o procesal, con estrés de rol, acoso o bajo apoyo social en el lugar de trabajo, están asociados con un mayor riesgo de sufrir problemas comunes de salud mental como depresión o ansiedad, por lo que las intervenciones terapéuticas sobre estos problemas deberían contemplar los factores laborales.
