Una y otra vez vemos ejemplos en el ámbito de la gestión de riesgos donde lo planificado no se cumple, donde las mejoras técnicas no se usan y donde los procedimientos no se siguen. ¿Qué estamos haciendo mal?
En un episodio del podcast “The Safety of Work”, Drew Rae y David Provan se hacen esta inquietante pregunta: ¿aumentar la incertidumbre puede mejorar la seguridad? Según los autores la respuesta es afirmativa, no es aconsejable intentar procedimentar todo, pierdes capacidad de gestionar los riesgos: pierdes capacidad de reacción, creatividad, etc.
Según un estudio de referencia, se trata de “…emplear las normas, o prescripciones escritas de comportamiento, de una manera que permitan el equilibrio necesario entre estabilidad y flexibilidad, al tiempo que proporcionan una correspondencia entre el control y la responsabilidad…”.
Dos cuestiones, por tanto, para tener en cuenta:
- Equilibrar la estabilidad y la flexibilidad.
La estabilidad trata de reducir la incertidumbre mediante estandarización y automatización. La flexibilidad hace referencia a desarrollar la capacidad de hacer frente a la incertidumbre en aquellos momentos o procesos donde lo estandarizado y automatizado no parece aplicable. Los trabajadores no son máquinas estables o predecibles, sino fundamentalmente personas complejas y flexibles. Al intentar hacerlos predecibles, estamos perdiendo su capacidad de actuar frente a situaciones que no son ni estables ni predecibles. - Correspondencia entre el control y la responsabilidad.
El Dr. David Provan argumenta que “a menudo, cuando las organizaciones intentan compensar la estabilidad y la flexibilidad, transfieren la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan a las personas menos poderosas de la organización que en realidad no pueden controlar el resultado que la organización espera que controlen”. Y continua: “no estamos hablando de hacer una norma y luego dar a la gente flexibilidad para violarla. Estamos hablando de pensar en el nivel en el que se quiere hacer una norma para que todo el mundo se sienta cómodo y tenga la cantidad adecuada de variabilidad mientras cumple dicha norma.
La cuestión es crear un clima de confianza y de seguridad psicológica para que cualquiera pueda exponer ideas que aumenten la incertidumbre sin temor a represalias de ningún tipo. Es decir, promover una cultura justa y de aprendizaje.
En definitiva, se trata de empoderar a los trabajadores. Pero también se trata de hacerlo con sentido. La potencia (flexibilidad) sin control no sirve de nada.
¿Quieres saber cómo mejorar tus procedimientos?
Grote, G. (2015). Promoting safety by increasing uncertainty–Implications for risk management. Safety science, 71, 71-79.