‘Era su último día en la fábrica.
Había decidido dejar su trabajo porque la música y el rock eran su gran pasión.
Al día siguiente partiría de gira con su grupo.
Era su último viernes.
No tenía pensado ir ya ese día a la fábrica pero su madre le insistió en que fuera para quedar bien con la empresa.
Ese día faltó un compañero y le asignaron una máquina en la que no había trabajado nunca, una guillotina, y … ya os imagináis el resultado.
¡Accidente de trabajo!
La maquina le amputó la punta de los dedos medio y anular de la mano derecha.’
Tony Lommi, nuestro protagonista, era guitarrista y era guitarrista zurdo.
En un guitarrista diestro esto hubiera sido un problema menor, pero un guitarrista zurdo no podría volver a tocar la guitarra.
‘Su pasión había quedado truncada y, como consecuencia, entró en una gran depresión.
Un compañero de trabajo le habló de Django Reinhardt, un guitarrista de jazz que había perdido varios dedos de su mano en un terrible incendio y era considerado uno de los mejores guitarristas de la historia del jazz.
Tony no quería oír hablar de guitarras pero su amigo le insistió y Tony quedó maravillado cuando escuchó al músico. Esto le animó a intentar tocar la guitarra de nuevo.
Empezó casi de cero.
Se fabricó unas prótesis probando con dedales, cuero y posteriormente goma.
De forma concienzuda comenzó a trabajar una nueva técnica.
Sus fracasos y su empeño le llevó a bajar la tensión de las cuerdas para que fuera más fácil tocar, bajando la afinación de la guitarra.
Todo esto, junto con la nueva técnica que desarrolló, le llevó a crear un nuevo sonido. Un sonido pesado y denso.
Tony Lommi había creado el sonido Heavy Metal con su grupo Black Sabbath.
Tony Lommi había revolucionado la historia de la música.
Era 1970 y había publicado su primer disco.’
Historia real: https://es.wikipedia.org/wiki/Tony_Iommi