En las últimas semanas he hablado en varias ocasiones sobre el rol del prevencionista, en foros como al que fui invitado en por la Fundación Industrial de Navarra en Pamplona, en algún desayuno de PRL Innovación y en la grabación de un nuevo capítulo del podcast Vision Zero en la que a Joaquim Ruiz y a mi nos acompaño Julia Diaz (mañana se publica).
La diapo que ilustra este artículo me la piden siempre o la fotografían cuando la expongo, el merito no es mío es de Malchaire, fue el que definió de forma tan acertada nuestro trabajo, somos motores.
Sin los profesionales de seguridad y salud el coche (plan preventivo) no arranca, lo ponemos en movimiento, hacemos que la prevención entre en la agenda de las organizaciones, empiece a ser tenida en cuenta, o comience a ser una “prioridad”, o lo mejor, la salud y seguridad de las personas sea un valor. Pero ojo, no dirigimos el coche, el coche lo dirigen otros, eso es la integración. Tenemos que soltar y nos cuesta, mucho, capacitemos a los conductores, ayudémosles. Es ahí donde aparece la segunda parte, suministramos combustible, damos metodología, la energía que hace que todo se mueva, la metodología no es solo para nosotros es para darla, para convertirla en movimiento, para dársela al resto de la organización para que pueda dirigir el movimiento.
Por último, la resiliencia, los profesionales de la seguridad y salud hemos de ser persistentes y no dejarnos vencer por la inercia y las fuerzas de fricción (el lado oscuro de fuerza), la capacidad de automotivación tiene que venir de serie, te tiene que gustar, que quieres que te diga, o es vocacional o esto tiene que ser un rollo.
Y a ti, ¿te gusta o estás de paso?
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